Esta semana tuve la oportunidad de compartir en un Webinar algunas ideas y conceptos sobre infraestructura sustentable y resiliente. Al respecto debo comentar que la actividad había sido pensada y programada por el ICH desde hace ya varias semanas atrás, incluso antes de que comenzará todo este proceso de cuarentena que estamos viviendo en la actualidad debido al COVID-19, por lo que en el camino de la preparación de la actividad literalmente el mundo cambio.
Comento esto porque como quizás le ha sucedido a muchos de ustedes estas semanas han tenido el tiempo y el espacio para reflexionar sobre diferentes temas o al menos verlos desde una perspectiva diferente; lo cierto es que aunque el tema de la sustentabilidad no es nuevo en el mundo y el Instituto lo ha tenido presente en su agenda desde hace muchos años; es bien cierto que el discurso y la agenda ha evolucionado, así como también los desafíos cambian y se transforman exigiendo con ello ir más allá de solamente demostrar las bondades de una determinada tecnología y porque debemos considerarle sustentable.
Si bien es muy importante socializar los postulados y conceptos técnicos, así como las cifras que respaldan las ventajas y atributos de determinados materiales y procesos constructivos. Hoy en día lo que se requiere es una convicción multisectorial en donde realmente esos argumentos sean tenidos en cuenta y sean aspectos relevantes en la toma de decisiones sobre que especificar y diseñar, así como muy especialmente definir bajo que criterios contratar la construcción y la conservación de la infraestructura que sea realmente sustentable y a su vez resiliente.
Por ello se necesita el compromiso de los actores involucrados en lograr que la agenda y las discusiones sobre estos temas no se queden solamente en el ámbito académico o en buenas intenciones.
El COVID-19 nos esta dejando importantes enseñanzas como sociedad, entre ellas lo importante que es no tener miradas de corto plazo, o el hecho que no resulta sostenible en el tiempo invertir apostando por soluciones baratas y de bajo estándar de calidad.
Quizás para algunos estar hablando en medio de esta crisis sobre estos temas, con incertidumbres evidentes sobre el impacto económico al sector de la construcción y de la infraestructura, pareciera estar fuera de la prioridad de discusión, pero es precisamente ahora cuando más se deberían tratar estos asuntos. si consideramos que la pandemia actual ha dejado al descubierto la vulnerabilidad de muchos sectores y como algunas prácticas de uso común terminan pasando la cuenta en los momentos en donde más se requiere contar con la robustez, eficiencia y confiabilidad del sistema, se puede concluir que tomar medidas con convicción sobre la sustentabilidad y resilencia de la infraestructura no da espera.
Es un buen momento para pensar en que volviendo a la cotidianidad una vez superada la crisis no podemos regresar a lo mismo como sociedad, y en lo referente a nuestro sector debemos incentivar que se tomen acciones concretas que nos ayuden a estar mejor preparados para eventos extraordinarios, que bien pueden ser debidos a fenómenos naturales imprevistos y aleatorios o debidos a circunstancias como la que vivimos en la actualidad; de modo tal, que puedan ser enfrentados y superados gracias a una planificación y preparación adecuada, así como también a cambios en algunos paradigmas en los que actualmente convivimos y aceptamos por costumbre.
La esperanza esta en llegar a un acuerdo transversal y multisectorial, en el cual si bien es cierto tiene como prioridad inmediata la reactivación y el poner en marcha nuevamente al sector de la construcción y la infraestructura, esto se haga acompañado de los compromisos que propugnen por tomar medidas efectivas que fomenten e incentiven más investigación, se lleven de manera ágil los ajustes y actualizaciones a la normativa que se van a requerir, pero sobretodo facilitar la adopción y reconocimiento de las innovaciones tecnológicas que será necesario implementar para lograr cambios que se traduzcan en un desarrollo Sustentable y Resiliente real, que nos coloque en una mejor posición para enfrentar los próximos retos que el mundo y la sociedad seguro van tener que soportar en los próximos años e incluso décadas, con una mayor frecuencia.